REVIEW: "ALL BORN SCREAMING" DE ST. VINCENT.

Desde el primer acorde de "Marry Me" hasta el último eco de la banda sonora para "The Nowhere Inn" (2021), he seguido cada paso de St. Vicent con admiración, pero de una forma muy sutil. Su habilidad con la guitarra me deja sin aliento, y esos solos que desgarran el silencio... simplemente me transportan. Recuerdo escuchar "Surgeon" en 2011 y sentir que cada nota era como una revelación.

Ahora, con "All Born Screaming", siento que Anne ha vuelto a sus raíces, a ese sonido que es tan suyo, tan lleno de aristas y resonancias profundas. Cuando dijo que este álbum era el sonido de su mente, no pude evitar sentir una conexión. Es como si estuviera invitándonos a un viaje por los laberintos de su psique, y yo, por supuesto, acepté la invitación sin dudarlo.

El álbum es una montaña rusa de emociones y sonidos. Desde los pasajes psicodélicos que me recuerdan a Pink Floyd hasta el funk irónico de "Big Time Nothing", cada canción es un mundo en sí mismo. Y si hay una rola que pudiera destacar, sería: "Sweetest Fruit", ese homenaje a Sophie, quien falleció en 2021, me dejó con el corazón en la mano, literal, me puso la piel chinita, es imposible no sentir la pérdida y el amor en su voz en este tema: « Mi Sophie subió al techo para ver mejor la luna »

Sí, "All Born Screaming" es ruidoso, es intenso, y a veces siento que la guitarra de St. Vincet lucha por sobresalir entre los sintetizadores y la batería. Pero eso es lo que hace que este álbum sea tan real, tan St. Vicent. Es una obra que solo ella podría haber creado, y eso se siente en cada nota, en cada silencio.

El álbum termina con la canción que le da nombre, y es una de esas piezas que sé que voy a volver a escuchar una y otra vez. Es una composición que encapsula todo lo que Anne es capaz de hacer, y me deja pensando, reflexionando, y sobre todo, sintiendo.