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SILVERIO

14 de julio de 2024

Texto por:

Jesus Solis

Hace un par de años, en algún lado leí que asistir a un concierto de Silverio era como tener sexo sucio en una orgía llena de desconocidos y tener clímax, tras clímax. Y no mintieron. Aunque no era la primera que vez que veía a Silverio tocar en vivo, no recuerdo que aquella presentación en el extinto RMX, en Avenida Chapultepec, fuera tan heavy como la que viví el pasado sábado 13 de Julio. Fue una noche eléctrica, extravagante, y llena de desenfreno e irreverencia lo que que hizo vibrar y sudar las paredes del C3 Stage en Guadalajara, creando un ambiente que nos provocaba a sacar nuestro lado más sucio.


Al ingresar, el iconico venue nos recibió con un ambiente guapachoso que nos daba la impresión de estar en una fiesta de XV años con rolas que iban desde la “Macarena”, “Si una vez” de Selena, pasando por “El Ansioso” de Grupo Marrano, “La boda del Huitlacoche” de Carin León, “Inténtalo” de 3BallMTY, hasta “Put*” de Molotov, que puso a brincar y gritar a todos los asistentes. El lugar estaba cargado de una energía contagiosa que podía sentirse por donde sea qué pasaras caminando.


Se dieron las  9:00 de la noche y los asistentes aguardaban impacientes la salida del “Aborigen de Chilpancingo” mientras gritaban al unísono y a todo pulmón: «“¡Pito chico, Pito chico!”». Tras varios minutos de espera, Silverio salió al escenario con su típico traje rojo de lentejuelas, con una actitud desafiante y una sonrisa burlona mientras el humo del lugar y la lluvia de cerveza bañaban a “Su majestad imperial” al posicionarse detrás de la tornamesa para dar inicio a una noche de éxtasis, arrancando con “Yepa, yepa, yepa”, uno de sus hits más conocidos y haciendo estallar el lugar desde el primer momento entre gritos y brincos.


La lluvia de cerveza sobre los asistentes y el escenario, no paraba, mientras Silverio nos llevaba por un recorrido de todas esas rolas pegajosas como “Salón de belleza”, “el baile del Diablo”, Perro” y “Gorilla”. Rola tras rola, nos mentaba la madre y nos “pintaba el dedo”. Poco a poco se iba despojando de su atuendo brillante hasta quedar en su famosísimo calzón rojo. La interacción que había entre Silverio y el publico hacia que la energía fuera en aumento, dándole tragos a de alcohol a los fans e insultándolos mientras los miraba a los ojos. En un par de ocasiones se subía a la tornamesa para bailar, e incluso, se levantaba el calzoncillo rojo y se frotaba el micrófono en los testículos diciendo: «“hablan mis huevillos”.


En algún punto de la noche, Silverio paro el show, tomo el micrófono y aparentemente molesto, se dirigió a uno de los asistentes diciendo: «“Este pendejo que esta aquí, me tiro miados. No te hagas pendejo. Sé un pinche caballero y dímelo en la geta”», arrojo el micrófono al piso, «“Cobarde hijo de puta. Un mano a mano de Caballeros”» -Continuó Silverio-. El wey al que se dirigió subió al escenario y Silverio, todo sudoroso y empapado en cerveza, se le colgó por los hombros abrazándolo con las piernas y dándole palmadas en la espalda, mientras el fan lo “nalgueaba”, su “majestad imperial” se bajo, lo abrazo y ambos finalizaron ese encuentro con un beso. Y el show continuo como si nada hubiese pasado.


En algún punto de la noche, Silverio se quito una de sus botas y en ella vació un vaso completo de alcohol y se lo ofrecía a los fans para beber desde allí, en ningún momento se negaron, al contrario, el publico parecía que lo pedía a gritos. El C3 STAGE se sumergió en un viaje en donde todo estaba permitido.


Otro de los momentos épicos de esa noche fue a unos cuantos minutos de terminar la extasiaste presentación de Silverio, cuando otro fan subió al escenario sin playera para interactuar con él; Silverio no puso objeción, él estaba bebiendo tranquilamente desde su típico vaso rojo, derramando el liquido mientras el fan bebía el alcohol mezclado con su sudor directamente de su cuerpo.


Esa noche de libertinaje, concluyo con Dj y productor sobre la tornamesa quitándose el calzón rojo y quedando completamente desnudo sobre ella, para después bajarse y retirarse tranquilamente como si nada hubiera pasado allí.


Sin duda, Silverio es lo más heavy que he visto en un buen de tiempo. Pocos son los conciertos a los que he asistido en donde terminar bañado en cerveza, sudor y con las cuerdas vocales destruidas fue 100% satisfactorio. A la mayoría de los asistentes se les veía extasiados y contentos por haber armando un desmadre en el lugar. Silverio es todo aquello que la gente odia, es extravagante, es vulgar y es una patada en los huevos, pero buena onda. Y precisamente eso es lo divertido. No es un show para todos y no pretende ser algo más que el simple hecho de pasártela chingón y ponerte hasta el huevo.

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Jesus Solis

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