01 de Noviembre del 2024 -El Teatro Diana de Guadalajara se llenó de reggae y emoción para recibir a Los Cafres, La icónica banda argentina, quienes se encuentran festejando sus 3Decadas de trayectoria.

El recinto estaba completamente lleno; cientos de personas se dieron cita para ser parte de una experiencia que prometía ser íntima y conmovedora, en un espacio donde la cercanía entre el público y la banda permiten una conexión especial. 

Alrededor de las 9:00 p.m., los primeros acordes hicieron eco en el teatro, la noche comenzó con un interludio instrumental por parte de la banda, para después darle la bienvenida a Guillermo Bonetto, la voz inconfundible de Los Cafres, quien apareció en el escenario para desatar la euforia entre los asistentes con gritos y aplausos que resonaban por todo el lugar. 

Las luces cálidas y los tonos azules, permitió que el protagonismo recayera en la música y en la voz de Bonetto. El teatro se convertía en un mar de brazos y voces, y el público se dejaba llevar por las melodías suaves y las letras profundas. La banda, compuesta por músicos experimentados, ofreció un sonido impecable y detallado, donde cada instrumento tenía su lugar, y el reggae sonaba en su máxima expresión. Era un vaivén de energía que llenaba el ambiente de una vibra pacífica y armoniosa.

El setlist recorrió los temas más queridos de su discografía, desde sus clásicos como "Si el Amor se Cae" y "Casi que me pierdo”. A medida que avanzaba la noche, el setlist se tornaba más intimo y emotivo. Con “Tus Ojos” y “Bastará,” los sentimientos a flor de piel se apoderaron del teatro, y no fueron pocos los que dejaron escapar un suspiro. 

Cada canción era recibida con coros multitudinarios; se sentía como un acto de comunión entre la banda y los fans. Bonetto, con su energía relajada pero magnética, conectaba en todo momento con el público a través de miradas, sonrisas y saludos de mano, agradeciendo en repetidas ocasiones el apoyo y el amor que han recibido de México a lo largo de su carrera. 

Pasadas las11:00 p.m., Los Cafres se despedían, dejando al público con un grato sabor a nostalgia. El Teatro Diana se llenó de aplausos y gritos, como una señal de gratitud por la maravillosa noche que pasamos, en donde la celebración del reggae, la unión y de la vida misma, fundieron a la banda y a los fans en una sola vibración, recordándonos el poder que tiene la música para conectarnos.